HISTORIA
Desde tiempos
remotos, en aquel lugar, se comercializaba con sal. Había llegado a ser tan
preciada que se pagaba a 1000 €/g
Un día se presentó en el almacén un viajero portando un frasco en el que prometía haber disuelto en agua gran cantidad de sal.
Desconocía la concentración de la mezcla, pero pretendía realizar las siguientes operaciones:
Quería que le pagaran, a 1000 €/g, la sal
que estuviera contenida en 50 cm3 de aquella disolución.
Además
se llevaría el volumen de disolución que contuviera 12 gramos de sal y el resto
lo donaría a cambio de etiquetar el frasco con la concentración en g/l , en
Molaridad y con la densidad del líquido.
Y la empresa de ADFYQ se encargo de mandar a varios grupos de científicos para realizar todos los cálculos.
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